Cascada de Pedra da Ferida

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Su peculiar nombre resulta de la interpretación popular de un fenómeno natural en el que las rocas, ricas en metales ferrosos, adquieren tonalidades rojizas y anaranjadas, debido al continuo contacto con el agua.

En efecto, la Cascada de la Pedra Ferida, de más de 20 metros de altura, tiene un caudal durante todo el año, por lo que las rocas nunca pierden su tonalidad característica.

Esta cascada se encuentra en Serra do Espinhal y tiene acceso inicial a través de Ribeira da Azenha, en el centro de Espinhal.

Para visitar este lugar, el visitante deberá recorrer un sendero peatonal lineal de unos cientos de metros, a lo largo del cual podrá observar un molino de agua reconstruido, popular en la región, ejemplo vivo de un importante instrumento tecnológico, fundamental para la la supervivencia de las poblaciones y para la economía hasta mediados del siglo pasado.

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